lunes, 26 de marzo de 2012

el cambio que propongo para la escuela

Voy a escribir sobre la actual escuela y su necesidad de cambio:

Para realizar de un modo claro, exhaustivo y recalcar la necesidad de cambio, voy a ir realizando consideraciones y exponiendo.
La primera de estas consideraciones es apelar lógicamente al mundo que nos rodea, y más concretamente a su carácter audiovisual, práctico y digital.
Esta nueva realidad es denominada por muchos autores de artículos y también por mí como la tercera ola o aldea global.
Evidentemente, esta sociedad está cambiando a un ritmo frenético impulsado este cambio por las nuevas generaciones.
La nueva realidad social y más concretamente el ámbito escolar debe hacerse eco de este cambio, o de lo contrario pueden suceder dos cosas.
La primera de ellas es que dichas personas o instituciones al no evolucionar acorde al ritmo demandado se extingan, sufran inadaptación o se quieran quitar de en medio porque no entienden muchos de estos cambios.
La otra opción que queda es adaptarse forzosamente y este es el caso de la escuela.
Esta adaptación al ser forzosa, no se hace correctamente, ya que existe resistencia a la misma.
Cuando esto sucede , las personas involucradas en llevar a cabo el ritmo de la sociedad y del cambio “pierden el tren de la historia”.
Este retrato que hago mediante este texto, creo desde mi propia observación y análisis que se corresponde con la escuela.
Creo que la escuela “ha perdido este tren”. Los niños y niñas son 19 horas al día digitales, y en el momento en que entran a la escuela, son analógicos.
Aunque en ocasiones nos venden pequeñas experiencias de educación digitalizada, se introducen tímidos cambios o hay cierto progreso, esto no es nada comparado con lo que los niños y niñas viven fuera, y mucho menos con lo que estos nuevos tiempos demandan.
Otra consideración importante y al hilo de la anterior, es que la escuela de la actualidad es poco práctica, y por ello poco motivante.
Cuando se pretende y se intenta educar para el mundo, y además esta es una de las funciones de la escuela, esta no debe ser en ningún momento una transmisora de contenidos a los que los niños y niñas no ven utilidad práctica.
Esto sería que el niño y niña percibiese tanto implícita como explícitamente la pragmatidad de aquello que aprenden.
¿para que les puede servir a los alumnos que el rey tal y cual de España comía a la una del medio día, se casó 3 veces y conquistó tal y cual territorios?
Esto es un disparate por principio, al menos transmitirlo como contenido de rutina.
Yo no digo que no se haga, no como contenido que educa para el mundo, sino como algo optativo que quedase para ampliar la curiosidad, información histórica o cultural de los alumnos.
Es absolutamente lógico que exista tanto absentismo escolar si se sigue en esta línea.
Cuando alguien no ve frutos de aquello que hace y más aún esto no conecta ni con su forma de ver la vida ni con sus intereses, lo llevamos claro.
Esta crítica no es admitida por muchas personas del ámbito de la docencia, y se empeñan a rajatabla en decir que tanto el absentismo como el fracaso escolarse debe a factores que están más en los alumnos que en la institución.
Yo propondría una educación y enseñanza más dinámica, práctica y que conectase más con el mundo del alumno y alumna.
Esto creo que no se está llevando a cabo por en primer lugar miedo al cambio.
Este miedo es tan natural como absurdo y está presente de una forma muy acusada en las instituciones cerradas y desde mi punto de vista, la escuela lo es.
Los profesores en muchos casos se empeñan en seguir manteniendo la “torre de marfil” que permanece hermética al cambio y no admite nada del exterior.
Esto se refleja por un lado en la forma tan reacia en que los profesores actúan cuando el alumno penetra en espacios en teoría vedados como es el caso de la sala de profesores: ¡nunca he visto un espacio tan sagrado ni siquiera las iglesias!.
Otra forma es la manera en que los profesores en ocasiones tratan a el alumnado tanto afectivamente como en el espacio docente.
¡ni se te ocurra llamarme por el nombre, trátame de usted!.
¿Cómo un alumno va a mostrar interés en un tipejo de estas características cuando el a sus colegas los trata de Nacho, Yoli o Juanbi?
El vocabulario y las jergas también es un tema importante que en ocasiones no se tiene en cuenta en la escuela, y en la clase de Lengua Castellana se empeñan en que el alumnado aprenda de memorieta palabras y contenidos que en primer lugar no entienden, no forman parte de su realidad de adolescentes y por último no les encuentran accesibilidad.
Creo al igual que con los contenidos de historia a los que me he referido antes, también estos deberían ser complementarios pero nunca los únicos, ni mucho menos ocupar todo el curriculo.
Luego claro, es más cómodo en vez de tener en cuenta las críticas que como yo hacen muchas otras personas, decir ¡es que los chavales en clase van al parque a comer y escuchar música!.
Y yo me pregunto ¿en vez de argumentar tanto en contra del alumnado y decir que se piran las clases, o intentar cambiar algo la forma de dar clase,porque no dar la clase directamente en el parque al que tanto criticamos?
No se dan cuenta en que la clave precisamente está aquí: penetrar en el mundo del alumnado para que este pueda ver la conexión claramente entre escuela y su propio mundo.
El alumno actual creo que tiene un vacío en esta conexión porque no la acaba de ver.
Tiene dos mundos muy distintos: por una parte tiene su mundo plagado de tecnología, imagen e información, y por otro lado está la escuela cerrada, poco dinámica y analógica.
La enseñanza debería ser en tres dimensiones y estar constantemente en cambio, tal y como ocurre en la sociedad.
Lo que no se puede permitir es estar criticando tanto al alumnado mientras tú en clase tienes todavía la pizarra con tizas ¡el arado romano!.
El currículo educativo asimismo debería hacerse eco de esto: eliminar ciertas materias, incluir otras nuevas y cambiar drásticamente la metodología.
Lo que me parece absolutamente demigrante es que en la escuela en cuanto a aspectos metodológicos se refiere, es que sigan las clases con la disposición de cuando mi abuela iba a la escuela.
La misma disposición de las mesas colocadas delante de la del profesor ya les dice implícitamente a los alumnos que hay dos mundos: el suyo y el del profesor.
Luego claro resulta más fácil la victimización de decir ¡este chaval me agredió!.
Y la pregunta sería ¿has hecho algún examen de los que tanto les propones a ellos en ti mismo?
Porque la clave está a lo mejor precisamente también en esto: falta de autocrítica profesional.
Resulta muy fácil afirmar que el alumnado no progresa adecuadamente ni ha alcanzado los contenidos propuestos, ¿pero el profesorado ha alcanzado la manera de enseñar acorde con la realidad social?

Desde mi propio punto de vista si tuviese que ponerle a la escuela actual una época histórica con la que guardase alguna analogía, diría que educa para la época de la industrialización, en la que era necesario conocer la historia de tu país para luego hacer la revolución en la calle.
Los alumnos actualmente no demandan esto, sino que nos están diciendo que quieren educación práctica que les ayude a desenvolverse en esta sociedad tan compleja.
Quieren educación sexual para prevenir ETS, embarazos no deseados y para cuando salgan de marcha, disfrutar mejor y más plenamente.
Quieren una información y educación en sus propios ambientes: el parque, la piscina, etc, para hallar la conexión que tanto necesitan entre escuela y su mundo.
Quieren más tecnología en las aulas, ya que en su casa, con amigos, o en los sitios a donde van a divertirse esta está presente de forma total.
Quieren ver en el profesorado una persona cercana, motivante y afectuosa, que no les llame vagos, les recrimine todo el día porque son malos alumnos y que sea comprensivo con su mundo propio.
Quieren nuevos contenidos y materias que les sirvan para acceder a la sociedad actual, y no desean que lo impartido en clase sea un rollo con lo que no encuentran conexión con su propia vida.
¿de que le puede servir a un chaval adolescente, dinámico y urbano que la catedral de león sea de estilo gótico?
Esto no es lo que la enseñanza debe primar, y actualmente es lo que se está haciendo.
Las nuevas materias y contenidos que propongo deberían estar centrados en la realidad social, ser prácticos y sobre todo abordarlos de una forma en la que el alumnado encontrase una conexión entre sus propios mundos y dichos contenidos.
varios ejemplos de ello, podrían ser:
 en la clase de matemáticas el tema de las fracciones en vez de hacerlo tan rollazo y difícil de entender como habitualmente se hace, explicarlo con tartas.
En la clase de lengua abordar las jergas nuevas de los adolescentes. En la clase de plástica que pinten grafitis o hablarles de las formas de arte urbano, en vez de empeñarse en que memoricen los estilos artísticos desde que el hombre es hombre, cosa que creo que prácticamente no sirve más que para ganar una partida en un tríbial.
En la clase de música, que en vez de escuchar música clásica que les aburre, que escuchen todo tipo de tendencias musicales actuales, etc.
Con estos ejemplos quiero poner de manifiesto el carácter diferente que la escuela para mí debería tener.
En todas las áreas que he descrito se debería fomentar asimismo, una fuente práctica, es decir que en vez de que el alumnado fuese pasivo y escuchase, mirase o observase, pasase él a formar parte de su aprendizaje para que así la enseñanza tuviera un carácter útil y práctico para ellos.
También en la línea que estoy describiendo, se debería prescindir algo más del propio espacio docente, y fomentar más “la enseñanza hacia fuera”.
En ejemplos prácticos esto se traduciría en salidas, visitas y experimentos en otros ámbitos de aprendizaje ajenos al escolar.
En áreas, esto se traduciría por ejemplo:
En clase de plástica, ir por la ciudad a hacer arte urbano, así como ver el que hacen otros.
En clase de conocimiento del medio cuando se abordase por ejemplo el contenido de los peces, ir a una pescadería, zoológico o incluso dentro de la propia escuela que los alumnos criasen ellos un pez.
En la clase de música, ir a conciertos, cantar, bailar, etc.
Así sucesivamente se evitaría desde mi punto de vista mucho absentismo y desmotivación escolar.

Al igual que con las materias propiamente dichas, el cambio que propongo al ser global e integral, también se debería de llevar a cabo en los temas transversales del currículo, así como en su forma de abordarlos.
Estos temas como ya he insistido más atrás, deberían centrarse en dotar al alumnado de soluciones prácticas para la nueva realidad actual.
Así con ejemplos prácticos, se debería abordar el tema de la sexualidad con clases prácticas en vez de introducirlo tímidamente con un par de vídeos o unos contenidos vacíos, el tema de los medios de comunicación también debería tratarse ya que es importante que el alumnado conozca su utilidad, ciertos riesgos si no se hace un uso controlado, etc, o el tema de los prejuicios sociales es decir, que sepan que la sociedad es diversa, que existen personas de muchos tipos y estilos de vida diferentes e incluso de cómo tratar a ciertas personas como los discapacitados.
Al hilo de esto, yo también propondría materias nuevas como educación en Internet, Educación Vial, o educación para la diversidad.
Todas estas materias y contenidos deberían ir precedidas de un cambio rotundo en la metodología, en la que esta pasase de escuchar y oír, a ver y actuar.
Así a mí las metodologías que me parece que deberían primar, serían aquellas en las que sus puntos de implementación fuesen la resolución de problemas, la pedagogía del conocimiento y la inclusividad en la escuela.
Pero creo que esto no se lleva a cabo por pasividad en muchos casos de los profesores.
Prefieren hacer las cosas siempre del mismo modo creyendo que nada es alterable, dinámico y nada cambia.
Este es el error garrafal y fatal que trunca todo.

Yo cuando escribo esto, sé lo que estoy diciendo ya que mi carácter observador e investigador me ha llevado a pensar esto.
Además, existen casos puntuales en los que se han hecho experiencias de este tipo y todo el mundo resulta beneficiado, tanto profesor como alumno.
Entonces ¿Por qué no nos ponemos manos a la obra?

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