martes, 2 de octubre de 2012

gora euskadi, viva euskadi!



Hace no mucho tiempo, concretamente un mes, he tenido la magnífica suerte de poder conocer Euskadi, una linda tierra noble, auténtica y sana donde las haya.
Fue por motivos vacacionales, pues el crucero que escogimos para irnos de viaje veraniego, salía de Bilbao, concretamente del puerto de guecho. Si quieren otro día les hablo de él con más detalle, pues ha sido una de las experiencias si no la más gratificante y rica que he vivido en mis 26 años, tanto a nivel personal como a cualquier otro nivel de mi andanza por este bello mundo.

Hoy toca hablar de Euskadi, una tierra que adoro cuanto más a su gente. No sé porqué (no tiene que existir un porqué para todo jeje, eso que se lo dejen al señor Freud), pero siempre me he sentido muy identificada con el pueblo vasco, con su bella y curiosa lengua, con sus tradiciones y con todo lo que de allí proceda.
Creo que es un pueblo sano, noble, que se han ganado su identidad a pulso, y sin entrar en consideraciones políticas, es lógico que luchen tanto por ser nación, pues creo más que de sobra que por su gran don de gentes y lo arraigado de sus tradiciones y lengua, tienen poco en común con la mayoría de gentes de España, por no hablar de su fantástica unión entre ellos y su deliciosa gastronomía.
Euskadi es diferente, Euskadi es auténtica.

Como he dicho el barco partió del puerto de guecho, localidad muy próxima a Bilbao. Ese día como no sabíamos muy bien donde dejar el coche y el lugar exacto de salida del barco-crucero, dimos vueltas por varios sitios, entre ellos Portugalete y Santurce, de donde creíamos que saldría el barco, hasta que un buen vasco que por allí pasaba nos dijo que los cruceros salían de guecho.
Allí fuimos a la caza del barco!
Antes de subir, paseamos un poquito por ese bello puerto y nos topamos en el espigón con dos pescadores. Que amable y espontánea es la gente euskaldun!
Me encanta su naturalidad al hablar, la manera coloquial y cercana con que se dirigen a la gente y su carencia de prejuicios de la cual muchos españoles tendrían que tomar sin duda buena nota.
Allí estaban pescando, afición muy arraigada en la costa vasca, que a de darles unos riquísimos pescaditos para cocinar al mejor modo que ellos saben.

Los barcos no esperan por nadie, así que no nos quedó más remedio que dejar a los pescadores, tomarnos una coca-cola rápidamente, e ir a zarpar.
No pasa nada, Euskadi quedó pendiente para la vuelta!

Tras pasar los ocho días de crucero y estar de vuelta en Bilbao (pasaron más rápido de lo debido jaja), comenzamos a planificar nuestra visita y descubrimiento de esa linda tierra.
Lo primero de todo fue buscar hotel, ya que acordamos estar por allí tres o cuatro días, y no teníamos donde dormir. Por supuesto ante la nobleza del carácter vasco, no dudo que una buena alma euskaldun nos hubiese dado cobijo en su casa!
Tras recorrer y comparar precios, nos alojamos en un hotel de la cadena ibis, situado en Baracaldo, y con muy buena comunicación vía bus urbano a Bilbao.
Antes de dejar todo el equipaje en el hotel, hicimos algunas compras en centros comerciales de Bilbao (estuvimos en el zubiarte y en el artea), tomamos algún pincho y fuimos a la oficina de información del museo Guggenheimpara que nos dieran un callejero de la ciudad, y nos informaran de los horarios de papertura del museo, el cual queríamos conocer.
Dado que el museo abría los domingos y era sábado, decidimos ir al día siguiente, ya que aún no teníamos hotel buscado y no sabíamos bien donde nos ubicaríamos.
Ese día tras comer en el centro comercial artea, fuimos en coche hasta algorta, una población con unas playas preciosas, situada en uribe costa y cercana también a Bilbao.
Allí debido a que era fin de semana y hacía muy buen tiempo, nos fue complicado encontrar aparcamiento. Al final aparcamos de mala manera y fuimos a dar una vueltecita y a tomar una coca-cola!
Me gustó mucho algorta, está todo muy limpio en sus calles, tiene unos chalets muy bonitos y es muy agradable pasear por.

Tras volver de algorta y localizar hotel, dimos otra vueltecita por Baracaldo y como estábamos cansados, a dormir se ha dicho!
Al día siguiente vino lo intenso, lo magnífico de la Bilbao más casta.
Fuimos al mercadillo del casco viejo, donde compré varios recuerdos, anduvimos callejeando por allí y entramos a algunas tiendecillas.
Que sensaciones tan maravillosas me suscitó esta misteriosa parte de la ciudad!
Me hizo soñar, imaginar, fantasear, me imaginaba con un amante vasco, juntitos de la mano, hablando en euskara y prodigándonos nuestro amor.
Como no, estuvimos también en las herrikotabernas!
Que mesones y bares tan curiosos son!
Transmiten arraigo cultural, mucha tradición y te llenan el cerebro de olores y sabores magníficos.
Que pinchos tan deliciosos sirven en ellas!
Jamás había tomado unos pinchos tan ricos y originales como en estos locales, y eso que vengo de tierra con fuerte tradición de tapeo!

En una de las tiendecitas del casco viejo compré una pañoleta con la icurriña, y una frase en euskara que no recuerdo. Para que no se diga!
La tengo en mi habitación, bien a la vista!

Continuamos paseando por la ría, y nos topamos con un mercadillo de flores muy colorido y pintoresco.
 Pasear por la ría bilbaína es vida, amor, encanto y sueños. A mí me transportó a un mundo de paz, de tranquilidad y de felicidad. El olor del agua, el rumor de la ría y la frescura que desprende es algo que no se puede explicar, hay que vivirlo!
Yo hasta arrojé como regalo una moneda, pero que conste que el valor de esa moneda no es nada comparado con el de la ría!

Vimos el puente de calatrava, que maravilla de ingeniería y arquitectura!
Todo en Bilbao es maravilloso, grandioso y hace soñar.

Tras comernos unas pizitas en un telepiza, nos fuimos a conocer el Guggenheim. Que simpático es su guardián el perro pupi!
Todo lleno de flores, tan colorido y alegre parece que siempre es primavera para él!
No me pude resistir a saltar la valla para tocarlo, porque no me valían las descripciones, yo tenía que acariciarlo!
Lo tienen muy cuidado y regado, da gusto tocarlo!
Desde luego parece que ese museo es suyo en propiedad, con quien iba a estar más guardado el Guggenheim?
La araña de acero también me impresionó, es enorme y superbién creada.
Hicimos muchas fotos, nos divertimos mucho.
Luego ya entramos en el museo, en Euskadi da la sensación de que la gente tiene un don especial para recibir a otros, a decir verdad por sus formas, sonrisa y sentido del acogimiento!
Todo te lo explican de buen grado, siempre tienen paciencia para ayudarte en lo que necesites y por supuesto no les falta la gratitud propia de gozar de una tan linda y noble tierra.

Dado que soy amante a rajatabla de toda forma de arte contemporáneo, este museo me atrapó y me encandiló.
Ví todo, sentí todo.
Es grande, pero sobre todo grandioso y espacioso.
Allí dentro todo parece salido de una película, o de una mente brillante. Sus formas extrañas, sus colores intensos y su arquitectura futurista dan buena cuenta de ello.
Con razón es tan exitoso mundialmente!
Hasta los baños son diferentes!

De allí salimos en dos horas aproximadamente, porque no nos queríamos perder detalle de nada, a mí me interesaba conocer todo, experimentar todo y sentir todo.
Conocer este museo no dejará indiferente a nadie!

Continuamos nuestra excursión a pie por esta bella ciudad, y nuestra siguiente parada nos llevó a la iglesia de Begoña, para lo cual tuvimos que subir en un funicular.
Aunque no soy para nada de iglesias, he de decir que esta me transmitió acogimiento, quizá porque era una iglesia bilbaína o quizá porque es más moderna y por ello no tan fría y tétrica como a menudo son las grandes y antiguas catedrales.
En su interior estuvimos no más de tres cuartos de hora, allí sentaditos en un banco, yo pensando, calladita, concentrada y reflexionando sobre todo lo que estaba viviendo en aquella apacible ciudad.
Seguimos paseando y callejeando, parábamos de vez en cuando a tomar algo o a hacer fotos, y de repente nos sorprendió una tormentita bilbaína.
No me gusta nada la lluvia, ni la tormenta, pero oye, hasta en Bilbao las tormentas son agradables!
Cuando llueve no da la sensación de frío, es una sensación húmeda qe me gustó, parecía una niebla misteriosa y envolvente.
Nos refugiamos en un edificio tipo nave, que creo que era algo así como la casa de la cultura, un lugar donde se hacen exposiciones, obras, en fin cositas de este tipo.
Era super vurioso porque todas sus columnas eran diferentes, las había de formas más barrocas y recargadas, otras más tipo corintio, otras más modernistas, pero todas estupendamente diseñadas. Sus materiales también eran diferentes, las había de mármol, de madera, de acero, etc.
Las toqué todas toditas!
Cada una era más curiosa y bella que la anterior, un pasote!
Desde luego Bilbao tiene todo bello y atractivo para mí, fue como un imán para mi cuerpo y mente.

Tras un día tan intenso y fantástico, nos tomamos algo, nos cogimos el bus para ir al hotel a cenar, a dormir, y mañana sería otro día!

A pesar de la tormenta del domingo, el lunes amaneció en Bilbao con un sol espléndido y radiante, que invitaba de nuevo a pasear y experimentar.
Ese día tocaba ir de pinchos por las herriko y hacer algunas compritas, por ello también anduvimos bastante.
Tuvimos suerte ya que el hotel estaba a pocos metros de un centro comercial bastante grande, llamado max center, que estaba muy bien y tenía tiendas variadas y una amplia oferta de ocio y restauración.
Yo desayuné allí en una cafetaría, hasta el desayuno me supo rico en Bilbao. El resto de días casi siempre desayunábamos en el hotel, por lo que era la primera vez que desayunaba en otro sitio fuera de allí.
Tras desayunar nos fuimos a Bilbao de nuevo al casco viejo, a las herrikotabernas de lleno!
Recorrimos cinco o seis, todas preciosas, con su seña de identidad propia y muy confortables. La gente transmite un gran calor y cercanía, realmente los vascos son de otra pasta.
Me llamó la atención la elaboración y dimensión de los pinchos, ya no me hizo falta comer ese día!
Para terminar la jornada de tapeo, en la última que estuvimos pedí un tzakolí que estaba esquisito, muy dulce y suavecito.
Las tapas eran de lo más variadas: croquetas gigantes, gambas, pan con jamón, etc, todo riquísimo y con el encanto artesanal euskaldun.
De seguro que mi estómago lo agradeció!

Cuanto voló mi imaginación por las estrechas y misteriosas callejuelas del casco viejo bilbaíno!
Me imaginaba con un amante vasco, con amigos y amigas vascos y vascas, viviendo allí, en fin, todo cercano a esa bella tierra.

En las casas del casco viejo eran comunes los carteles por la reagrupación de los presos vascos, cosa que veo lógica, pues cada cual mira por lo suyo, y los vascos tienen razones más que de sobra para hacerlo.

Luego de ir de tapeo fuimos a comer un helado italiano, a uno de estos puestos típicos de la calle, y parecerá una tontería, pero jamás había comido excepto en Italia, un helado tan delicioso y grande como aquel!
Hasta en eso son sobresalientes los vascos!

El resto del día fue bastante convencional, ir de compras al centro comercial (se acerca el invierno y había que comprar ropa y calzado y que mejor sitio donde hacerlo), compré también en decatlón mis zapatillas de media punta para ballet que por cierto, estoy encantada de haberlas comprado allí! Seguro que hasta haré mejor los pasos!

Al día siguiente por la mañana emprendimos viaje ppara casa, con una enorme tristeza y pena para mí.
Me habría quedado a vivir en Euskadi para siempre!
Que gente tan amable, cercana y hospitalaria son.
Hasta tuve la oportunidad de tocar a una chica vestida con el traje típico vasco!
Fue en el bus, en un trayecto del hotel a Bilbao. Ella se mostró encantada, dijo “tócame todo lo que quieras”.!
Así son ellos y ellas, gente dispuesta siempre a ayudar, alegres y vivaces, sanos y deportistas, transparentes y sinceros, llevan el sentido de amistad y don de gentes como bandera de su linda tierra.
Sin duda los euskaldunes tienen razones más que de peso para enorgullecerse de serlo, de reivindicar su identidad y de querer destacar como pueblo.


Gracias de corazón a Euskadi y a todos y todas vosotros y vosotras por haberme regalado unos días tan maravillosos y excelentes, por ser tan amigables y nobles y por acogerme tan bien y tan cercanamente.
Felicidades por dar al mundo ese bello pedazo de tierra!
Seguir así, siempre adelante!
Zorionak lagunak!
Ezkerrikazko!


No hay comentarios:

Publicar un comentario