Hola a todos y todas!
Aquí estoy nuevamente! La verdad es que con este frío no me
animo mucho a escribir, debe de ser por el engarrotamiento de los dedos!
Y es que hay que ver que temperaturas tan gélidas estamos
soportando! Puf, desde luego los del polo se están cebando con nosotros
mandándonos olas frías cada dos por tres!
Pues en este post de hoy como era de esperar, os hablaré de
mi estancia en pamplona, que era mi promesa del post anterior.
Allí fui, de allí vine y aquí estoy!
Una ciudad bonita pamplona, sin duda la recomiendo! Ahora
eso si, os recomiendo llevar buena cartera, porque se las trae de cara! Por
dormir ochenta euritos, y un un bote normal de gel 16!
Pero bueno, iré a lo que me interesa contaros en este post,
para lo otro ya habrá tiempo……
El motivo de mi ida a la clínica universitaria de navarra
tal y como dije en el últimmo post, fue una falta de confianza por así decirlo
en los profesionales sanitarios de aquí del hospital de león, en lo referente a
la repentina suspensión del tratamiento de quimioterapia que se había iniciado
para “limpiar” mi cuerpo de células dañinas que pudiesen haber quedado tras la
extirpación del cáncer vesical que padecía.
La verdad es que cuando un profesional no habla claro, no
explica, no te proporciona una confianza básica ni a ti ni a tus familiares,
haces lo posible por consultar segundas opiniones, por ver otros puntos de
vista.
Y a eso fui, a buscar un punto de vista más aclaratorio
sobre todo lo que me está ocurriendo.
Mis felicidades desde aquí a la clínica universitaria de
pamplona! Son atentos, amables, buenos profesionales y la verdad es que solo
con esto ya te curan, ya te dan un mayor hilo de esperanza para llevar el
trance.
Es un complejo grande, dotado de las mejores
infraestructuras en investigación médica, de los mejores profesionales en
diversas áreas y todo ello cuidado al mínimo detalle. Por supuesto allí no
falta toda la vanguardia tecnológica en cuanto a operaciones, tratamientos y
diagnósticos de diversas patologías médicas.
Es un sitio acogedor, que transmite paz y serenidad. El
trato es humano y personal, y lo que es muy importante, en todo momento los
profesionales son aclaratorios y realistas.
Como me dijo a mí el oncólogo que me consultó, “lo que me
importa eres tú, yo no tengo ningún interés ni con tu familia, ni con otros
profesionales que te hayan tratado”.
Y así es. De que sirve adornar las cosas si la realidad es
la que es? Como se suele decir hay que “coger el toro por los cuernos” y ver
las cosas con su auténtica cara.
Allí me exploraron, revisaron toda la documentación tanto
escrita (informes) como audiovisual (dvds de los escáneres) que llevamos, me
entrevistaron para conocerme más en profundidad tanto a mí como mi historia
clínica, y posteriormente procedieron a hablar con nosotros, a actualizar la
situación.
El diagnóstico por supuesto no cambió. Eso es lo que es:
leiomiosarcoma vesical, de alto grado, agresivo, raro donde los haya, grande de
casi cinco centímetros y medio,…. Todo eso ya es archiconocido para mí, no es
algo con lo que me sorprendieran allí.
Conocí a dos doctores, una doctora maravillosa y muy amable
que me exploró en un primer momento y me hizo las preguntas, y un oncólogo
especialista en sarcomas que fue quien habló con nosotros de todo esto.
El doctor encantador, muy humano y profesional. Era
realista, iba al grano, se le entendía bien y no titubeaba al hablar.
También me exploró, y hasta me hizo reír.
Estuvimos por lo menos una hora y media en la consulta,
entre exploraciones y charla.
Antes de entrar una enfermera me pesó y me talló, y fue ahí
donde llevé mi primera sorpresa! Había bajado cinco kilos más! Parece que en
vez de la operación vesical, me hicieron la operación biquini!
Ahora estoy en 64, no está mal para medir 1,71 de alta.
Cuando me pasaron a la consulta el oncólogo quedó revisando
informes y escáneres, y entretanto la doctora residente me exploró y me hizo
muchas preguntas sobre mi historia médica familiar, personal, etc.
Al terminar me tumbó en una camilla que allí había, y me
exploró todo el cuerpo. La verdad es que por exploraciones no fue, ya que
cuando entró el oncólogo me volvieron a explorar entre los dos!
Estuve bien toquiteadita!
En las exploraciones no se apreciaron síntomas negativos,
únicamente exceso de lunares, los cuales tengo que revisar periódicamente por
prevención.
Cuando la doctora hizo todo esto, pasó a la consulta el
oncólogo especialista en ssarcomas. Un tío encantador! Como me vió algo
ansiosa, hasta se sentó a mi lado, me cogió mi mano y me habló sincera y
claramente.
Ese tipo de trato yo creo que ya te cura, sin duda lo que
más cuenta para mí de un profesional (cualquier tipo de profesional), es su
calidad humana, ante todo y sobre todo.
De lo que hablamos fue de mi enfermedad, de mi salud, de mis
genes, de mi historia clínica, de mi cuerpo, en fin, de todo. Fue una charla
larga y distendida, una charla aclaratoria y dotada de un componente de
esperanza, ánimo y sosiego.
El profesional oncólogo era un gran experto, manejaba mucha
información y conocía bien lo que decía.
Eso se nota a la hora del entendimiento y da mucha
tranquilidad y una imagen de sabiduría al paciente.
Lo primero de lo que habló fue de mi primer bicho, del
retinoblastoma ocular. Me dijo que es familiar (hereditario), y preguntó si
había antecedentes familiares con cáncer. En la familia de mi madre no hay
casos significativos, en cambio en la de mi padre hay bastantes: un primo de mi
padre murió de leucemia con ventipocos años, varios tíos, otra prima de cáncer
de pulmón, y una hermana a la que él no conoció que murió con siete u ocho
meses, hace cincuenta y cuatro años más o menos, y que según mi abuela tenía
dolor, lloraba mucho y murió en un hospital sin saber la causa.
Esa niña es la pieza que nos faltaba del rompecabezas, ya
que el retinoblastoma bilateral es hereditario,solo se da en la infancia, y si
el bebé no es tratado, muere como mucho a los ocho meses. De que iba a morir la
pobrecita niña entonces?
Tras hablar de todo esto, el doctor nos dijo que el
retinoblastoma bilateral supone una predisposición a padecer un segundo cáncer
a lo largo de la vida, bien por genética (lo más probable en mi caso), o bien
por los tratamientos de quimioterapia y radioterapia a que somos sometidos en
nuestra más tierna niñez quienes hemos sufrido de este mal.
Por tanto cuando me curé de aquello a la edad de cinco años,
la suerte estaba echada!
Nos dijo además que normalmente el segundo cáncer aparece a
los 18 años o 20 como mucho, o sea que el mío se retrasó! Vaya vaya, no le
salió el vuelo destino sara!
El segundo cáncer que normalmente suele aparecer es una
incógnita, pero lo más común es leucemia o hosteosarcoma (un sarcoma de
huesos), desde luego en pocos casos aparece en la vejiga, y aún menos un
leiomiosarcoma. Fijaos si no es para alucinar, nos dijo que solo éramos 12 en
el mundo!
Es decir que solo 12 personas han tenido retinoblastoma y
después leiomiosarcoma en su vida! Es lo que reza en la literatura médica de
investigación!
Es para pensar verdad?
Yo siempre he querido ser distinta, no ir a la bola del mundo
y ser yo misma, y oye, hasta en esto lo consigo!
Como se suele decir por mi tierra, “soy chula hasta pa estar
jodida”!.
Yo pienso que teniamos que conocernos los doce casos y yo, y
hacer un grupo musical que se llamase los “alterados retileio”!.
Esto nos impresionó mucho, tanto a mí como a mi familia. Era
un dato totalmente desconocido, si bien ya sabíamos de la esclusividad tanto
del retinoblastoma (el año que yo nací fui caso único en españa y aún hoy en día
tiene muy poca prevalencia) como del leiomiosarcoma (soy el primer caso que
entra en el hospital de león y hay pocos también en españa).
Si es que yo me echo unos compañeros de viaje algo
conflictivos no? Vaya gentuza con la que ando!
Claro, con semejantes antecedentes (seguro que ni el chacal
los tiene ), es lógico que el doctor nos hablase de genes, de estudios
genéticos, de mutaciones, etc.
Por lo visto tengo genes alterados, que me predisponen al
cáncer los cuales hay que estudiar en profundidad mediante un análisis del ADN,
ya que nadie (ni profesionales de aquí de león ni este doctor), me garantizan
que en cualquier otro momento de mi vida otro bichejo vuelva a cualquier parte
de mi cuerpo, ya que si estoy predispuesta a ello, los aliens buscan refugio en
mí!
Este tipo de estudios a veces los costea la seguridad
social, otras veces hay que pagarlos, pero en mi caso es lógico pensar (y lo
intentaremos por todos los medios), que me los costeen porque es algo que no es
un capricho mío el hacérmelos y es algo exclusivo que sin duda aportará mucho a
la ciencia. De los estudios genéticos se suelen aprovechar muchas informaciones
para crear nuevos fármacos antineoplásicos y la verdad es que si así fuese en
mi caso, sería mi mayor orgullo.
Estudiar mis genes no solo para prevenir en mí, sino para
prevenir en el resto de las personas, es algo que me apasionna y me llena de
satisfacción.
Tras esta primera parte de la charla, pasó a hablarnos del
presente . nos indicó que tras el cotejo de toda la documentación aportada por
nosotros acerca del tratamiento y la intervención quirúrgica echas en el
hospital de león, llegó a la conclusión de que todo estaba siendo bien manejado
aquí. Luego nos preguntó abiertamente ¿Por qué habéis venido?
Nosotros le dijimos que por desconcierto ante la suspensión
del tratamiento de quimioterapia que estaba recibiendo, y en general para
consultar una segunda opinión.
Nos dijo que la cirugía a la que fui sometida este verano es
muy radical, pero que él también la hubiese solicitado. Sus palabras exactas
fueron “no sé sara quien te pidió esta cirugía, pero yo también te la hubiese
pedido”.
Eso nos tranqilizó, por lo menos algo bien había.
Nos explicó también que el tipo de quimioterapia que aquí
había recibido era muy agresiva, que efectivamente eran cuatro ciclos, pero que
por lo que se podía ver yo tenía algo de intolerancia a la misma y mucha bajada
de defensas, y ese fue el motivo de la suspensión al terminar el segundo ciclo.
Su apreciación fue que ante esta situación hay pacientes que
quedan limpios en la cirugía y que por tanto no necesitan quimioterapia, y en
cambio otros no quedan limpios y la necesitan. Se pone por prevenir, por evitar
células dañinas que se diseminen mediante el torrente sanguíneo a otros
órganos.
Eso de quedar o no limpio tras la cirugía y por ende la necesidad
de administrar quimioterapia realmente nunca se sabe, él dijo que igualmente si
llego a haber sido tratada por él me la hubiese puesto,y también cuatro ciclos.
Lo que ocurrió en mi caso fue que mi cuerpo no se mostró receptivo, ya que yo
ya he sufrido otra quimioterapia de niña, e igual que en este caso, era muy
agresiva y tóxica.
Entonces mostré ahora cierta susceptibilidad al tratamiento
y por ello hubo que suspenderlo, no fuera a ser peor el remedio que la
enfermedad. Dijo el doctor que él a todos sus pacientes les administra
quimioterapia, pero en ciertos casos como el mío, hay que plantearse si
realmente el tratamiento nos perjudica más que nos beneficia.
Respecto al tema de la radioterapia nos dijo que en mi caso
no tenía sentido radiar la pélbis, ya que eso no iba a lograr prevenir nada, y
lo peor era que me iba a causar más daño que otra cosa.
Bueno, por lo menos aquí en león lo estaban haciendo bien!
Pero cometieron un gran fallo, que fue no explicarse y decir las cosas tal y
como son.
La labor de un profesional sanitario ante estos casos (no
estamos hablando de una gripe ni de un catarro), es poner los puntos sobre las
ies, y tranquilizar al paciente diciéndole todos los pros y contras de la
situación.
Eso falló aquí en león, ya que la verdad es que aunque todo
estaba siendo bien manejado, los médicos en especial el el oncólogo parece
monosílabo. No explica, no da argumentos, y eso te deja con un lapsus mental
que hace que busques opiniones y puntos de vista en otros profesionales y en
otros centros.
Y si el motivo del viaje a pamplona fue aclararnos dudas y
decirnos como está la situación, me alegro de ello, porque por lo menos te dan
un aliento y tequitan la incertidumbre.
En cuanto a riesgos, el doctor nos indicó que el mayor
riesgo que existe en estos momentos es que el cáncer se reactive en el pulmón,
y es por ello que tengo que estar sometida a revisiones muy rigurosas.
El tiempo en que esto pasa es indeterminado, hay veces que
se reactiva, otras veces no, hay ocasiones en que tarda 12 meses, en otras
ocasionnes 24, eso es una incógnita.
Para las revisiones sugirió en lugar de hacer escáneres que
tienen radiactividad(y eso no me conviene en absoluto), hacer mejor resonancias
que se ve todo mucho más minuciosamente y no desprenden tanta radiactividad
dañina.
Para ese día tenía solicitado un TAC
pélbico-torácico-abdominal, pero el doctor dijo que no era pertinente hacerlo,
que mejor esperar al que tengo indicado para enero en el hospital de león, ya
que aunque él me hubiese pedido el TAC por la tarde, tampoco se hubiese
apreciado nada ya que la quimioterapia aún está actuando en mi organismo. Para
saber su efectividad hay que esperar un margen de tiempo prudencial, y en este
caso será el 21 de enero cuando se revele si los peores presagios se cumplen o
no. Crucemos los dedos!
Para concluir y como un signo de esperanza y de aliento, nos
dijo que en el peor de los casos (si se reactivase en el pulmón), allí tienen
cuatro opciones de tratamiento, basadas sobre todo en cirugía y radiación (de
frecuencia y braquiterapia), y en último caso la quimioterapia.
Nos animó a ser fuertes, valientes, y a mí en especial me
dijo que había encarado muy bien la enfermedad, que tenía que seguir así y que
siempre con ánimo positivo.
Nos dio una tarjeta, nos despidió y se marchó.
Que gratificada me sentí de haber conocido a un profesional
tan humano, cálido y empático!
Se nota que aún hay gente ejerciendo la medicina que les
encanta, lo hacen por vocación y la tratan con todo el respeto que esta
disciplina se merece, y no menos a los pacientes.
Sentimos tras salir de la clínica un inmenso regocijo y
tranquilidad, porque dentro de lo mal que está la situación )es un cáncer y aún
no se sabe su camino), allí nos habían explicado, nos tranquilizaron y nos
dieron opcionnes de tratamiento en caso de que el bichejo receloso vuelva a
tocarme la moral.
Buen balance de la clínica!
El resto del día lo pasamos en pamplona, nos fuímos primero
a un centro comercial a hacer unas compras y luego comimos allí, nos pusimos
hasta las cejas de pollo rebozado en el KFC!
Por la tarde fuímos a conocer pamplona (lo que nos dio
tiempo porque yo ahora me canso mucho más que antes al andar y además hacía un
frío que pelaba) , y anduvimos por la estafeta que es donde hacen los encierros
de san fermín, fuímos a tomar algo en el famoso café de hemingway, y compramos
recuerdos y regalos en las callejuelas del casco antiguo. Hicimos fotos, nos
divertimos. Pamplona es una ciudad muy limpia, tranquila y muy cara!
Es el balance que hago de un día que me cambió la vida. Me
conocí un poco más, conocí mi enfermedad un poco más, a otros profesionales
médicos, otras sugerencias y eso siempre abre expectativas y horizontes.
La estancia no fue muy larga, marchamos el miércoles día 13,
y volvimos el viernes día 15.
En principio pensábamos estar más días, pero como solo fue
la consulta y no hubo pruebas, pues quedamos poco tiempo.
Hace tres días llegó a casa el informe de todo lo allí
explicado, en el que se detallaba todo lo que yo he expuesto en estos párrafos
y se sugería hacer resonancias en vez de tacs, y se instaba a los profesionales
de este hospital a solicitar el estudio genético que tanta información arrojará
a mi caso y ojalá que a la ciencia.
Y así termina para mí este capítulo pamplonica, del cual hago
un balance muy positivo. Sé que he perdido órganos tras la cirugía, pero como
dice mi querido albert espinosa “una pérdida siempre supone una ganancia”.
No puedes mirar hacia atrás, hay que ver que estoy aquí
viva, que me han salvado la vida por segunda vez, sé que tengo predisposición
al cáncer debido a unos genes mutados y alterados, y que por eso debo estar
sometida a revisiones periódicas ya de por vida.
Existen riesgos, si, no hay que engañarse. Yo siempre he
dicho que “cuando se anda por el desierto siempre se pasa sed”, y por eso no se
puede bajar la guardia.
Ahora tengo que cuidarme, ser feliz y pensar que todo pasa
por algo y que nada es porque si. De todo se aprende, y en las circunstancias
más duras y adversas es cuando el ser humano es más capaz y saca más provecho
de su talento .
Hasta enero no tengo que volver al hospital (a no ser que me
dé el llullu y tenga que ir a urgencias), a hacer eel escáner
torácico-pélvico-abdominal que revelará el progreso de mi enfermedad, y aparte
tengo que hacerme analítica de sangre. En febrero tengo consulta urológica y
oncológica, en las cuales espero aclarar todas las dudas y salir con el estudio
genético solicitado.
Y esto es todo por el momento gente!
Lo digo siempre, ánimo a quienes como yo se enfrentan y han
enfrentado al cáncer!
Como dice la canción , “pintarse la cara color esperanza”.
Pintémonos todos y todas la cara color esperanza para
vencer!
El ánimo es primordial, cura y tiene efectos positivos a
largo plazo!
En enero volveré con más novedades sobre el bicho!
Gracias como siempre por las lecturas!
Mucho ánimo, y mucha fuerza!
¡Hola, guapa!
ResponderEliminarAunque ya me lo habías contado, es una alegría volver a leer lo bien que te fue en Pamplona.
¡Ahora a pasar unas buenas navidades y a olvidarse del hospital hasta enero!
Te debo unos cuantos mails, a ver si termino ya la mudanza de las narices y me pongo a ello, que tengo ganas de contarte cositas.
¡Muchos besos!