Este post de hoy lo haré conciso pero sincero, franco y
transparente.
Es un post que
pretende reflejar como me siento ahora y por lo que estoy pasando.
Lo intentaré simplificar pero ya sabéis que en eso no soy
experta jeje! Me enrollo más que las persianas jaja!
Seguramente recordaréis queridos y queridas lectores y
lectoras los dos posts de más atrás en los que yo comentaba de mi salud, y del
bache por el que ahora estoy pasando.
Pues en la línea va este nuevo de hoy!
Donde había acabado el cuento? Ah si ya recuerdo, en mi
operación de extirpación del quiste vesical (RTU), el día en que me dieron el
alta (día del chupinazo de san fermín), y me metieron ese susto al nombrarme la
palabra “oncología”.
Pues bueno, de ahí partiré vale?
Como dije en aquella ocasión, oncología me sonó mal, entre
otras cosas porque sé de lo que va la historia pues no soy novata en esto de
agenciarse bichejos raros, vamos, en el tema del cáncer.
La operación salió bien, pero los quistes tenían según los
especialistas mal aspecto, y tan malo!
Quedaron de vernos el día 6 de agosto, es decir al mes justo
de haberme operado. Todo iba bien, pero las cosas se truncan en segundos.
Pasamos tranquilamente esos días en el pueblo, porque las
operaciones siempre exigen una recuperación, por pequeñas que sean estas.
A la semana y pico de haberme operado nos llamaron
precipitadamente del hospital de león. Que susto!
Porque nos llamaban tan pronto?
Si hahsta dentro de un mes no teníamos que ir!
Pues por eso, porque quien dijo que los quistes tenían mal
aspecto bien dijo……
Mi madre estaba mal, muy aprehensiva y al principio me lo
ocultó para no preocuparme. Pero claro, las cosas no se pueden esconder mucho
tiempo!
Fuímos al día siguiente al Hosp., y sorpresa, nos llamaron
antes de calentar la silla!
Entramos, teníamos miedo….. estábamos nerviosos…..
Y sucedió lo peor.
El médico nos dijo que ya tenían los resultados de anatomía
patológica. “se trata de un tumor agresivo, y como tal hay que ser agresivos”.
En el momento en que dijo esto mi madre se desvaneció de la
silla, le dio un ataque de ansiedad y no me quedó a mí más remedio que oír todo
lo que dijo el médico junto con mis tíos que me acompañaban.
Lo oí todo, pero no estoy segura de si lo digerí todo, creo
que aún no lo he hecho……
Nos dijo que había que intervenir nuevamente, con un tipo de
operación agresiva, para prevenir y limpiar la zona. Había que estirpar la
vejiga, el útero, los ovarios y ganglios linfáticos cercanos.
Que?
Como?
Y mi orina por donde saldría a partir de entonces?
Muy sencillo (bueno para mí jeje pero no de hacer): la
vejiga se reemplaza por un estoma que es un orificio situado en la parte
derecha del abdomen, el cual se reconstruye con una porción de íleon (intestino
delgado), y al cual va adherido un disco adhesivo y al cual a su vez se conecta
una bolsa de recolección de la orina.
Vaya vaya, mi vida nuevamente iba a cambiar ¡
A ver a ver, yo estaba perdida, me lo estaba imaginando,
mientras mi madre estaba allá , en la sala contigua, mareada, ansiosa y
temblorosa pensando en las desgracias que nos sucedían y acordándose del
pasado.
Aparte de esto de la intervención (ya nos avisó de que sería
dura y larga), nos dijo que tendrían que repetirme el TAC, pero esta vez tanto
de abdomen como de pelbis y tórax, para comprobar (dicho finamente por el
doctor) que “no haya más lesiones en ningún órgano”. Vamos, que no hubiese
metástasis.
Yo creo que jamás montaré en la monntaña rusa ni haré
puenting, ya no necesito echar adrenalina con toda la que expulsé ese día. Todo
era tan fuerte, tan negativo, tan dramático….
A mi madre la tuvieron que llevar a urgencias, por ansiedad
y darle tranquilizantes hasta que se lo fuímos poco a poco explicando.
Le costó asimilarlo, y a quien no después de todo lo que
tengo yo ya andado?
Pero la realidad es la que es, no se puede uno dormir en los
laureles ni hacer oídos sordos. Yo lo intenté asumir, escuché con atención al
médico y le planteé muchas dudas.
La verdad es que doy gracias sinceras a todo el equipo de
profesionales que me han atendido en el hospital de león, porque son increíbles
en su calidad humana y profesional. Si no fuera por ellos la realidad sería aún
más dramática, estoy segura.
La intervención tenía que ser pronto, y el TAC también. El
TAC me lo hicieron a los tres días, el preoperatorio también.
Que angustia tuvo mi familia hasta comprobar los resultados
del TAC! Yo creo que no hay incertidumbre que pueda igualarse a esa.
Los resultados afortunadamente fueron positivos, la lesión
estaba focaliada solo en la vejiga.
La intervención me la adelantaron, estaba prevista para el 6
de agosto y al final me ingresaron el 28 de julio para operarme el día 30.
Fueron once días de hospitalización. Todos iguales, todos
terribles, todos muy angustiosos.
Llegué en ciertos momentos a perder por así decirlo el hilo
de la realidad, no me quería hacer a la idea del cambio que había experimentado
y no sabía porqué me había sucedido.
La operación fue una mañana de julio y precisamente no hacía
en la calle un día bonito.
Yo estaba aterrorizada, nerviosa, con mucha angustia.
Los dáis previos me los pasé a dieta blanda sin sólidos, y
haciendo enemas y rasurar para limpiar la zona.
Nada del otro mundo.
El día de la intervención llegó pronto, y fue horrible. Yo
bajé al quirófano mal, muy perturbada.
No habrá sensación de miedo y angustia que se le pueda
comparar! Cuando vino una enfermera a decirme que me acostase para darme un
tranquilizante, cuando me puso las medias antitrombos, y cuando me dijo que en
breves me bajarían, me puse fatal. Lloré, temblé y luego me intenté calmar con
la ayuda de mis padres y tíos que allí estaban acompañándome.
Estuve a un trís de negarme a operarme, no quería, tenía
miedo . pero que otra cosa podía hacer? La realidad era que yo tenía un cáncer
agresivo el cual podía extenderse y por no hacer esta operación, igual no
llegaba a los 30 años.
No quedaba otra, había que bajar costase lo que costase!
Y así fue.
Me bajaron pronto, a las ocho de la mañana entré en
quirófano. Todas mis gracias de nuevo al equipo médico porque de no ser por su
amabilidad y simpatía, yo sinceramente lo habría pasado muy mal.
La anestesista hasta charló conmigo de nombres, del ballet y
de viajes!
El quirófano era frío, tranquilo y tan solo se oía de fondo
la radio y a los médicos que iban entrando.
Yo estaba allí, intentando hacerme fuerte y hablando con la
anestesista. Tenía miedo de ser dormida y operada, y quería que aquello pasase
rápido, lo más rápido posible.
“sara ya va, piensa en algo bonito”!. Fueron las últimas
palabras que oí antes de ser operada.
Seis horas y media, seis largas horas y media tuvo que
esperar mi familia, al otro lado. El papel del operado es duro, pero y el del
que espera? Ese si que es duro.
Y sobre todo si salen los profesionales antes de tiempo y
dicen “familiares de sara braña gonzález”.
Puf, pobre madrecita mía, no quisiese yo haber estado en su
piel en ese momento…..
Pero nada alarmante. Era para decir que la primera parte
había concluído, que me habían ya estirpado la vejiga y el útero, que al final
me dejaron los ovarios.
Bien, todo parecía de momento estar de mi lado!
Ahora a por la segunda parte, la difícil!
“jolín sara, te fuíste a bora bora a cuenta nuestra e?”. una
voz dulce y femenina me dijo esto cuando yo me estaba despertando.
Que significaba? Pues la voz de la anestesista tan dulce y
amable que me estaba haciendo una bromita para que me despertase con una
sonrisa.
Despertarme si lo tuve claro, pero lo de la sonrisa…. Ai la
sonrisa….
Me ví rodeada de cables, parecía que estaba en la silla
eléctrica!
Tenía los dos orificios de la nariz con oxígeno, el
tensiómetro, los cables del electrocardiograma, dos cables al lado derecho que
eran los catéteres por donde orinaba, cada uno de ellos conectado a un uréter.
Luego tenía un drenaje llamado redón al lado izquierdo, mogollón de cables en
las venas del brazo izquierdo, en fin, una piltrafilla!
Cuando uno se despierta de una anestesia general (a mí hacía
ya seis años que no me la ponían), se siente perdido, contrariado y no sé, todo
te resulta hostil.
Y no menos los dolores! Bueno, la verdad es que como a mí
dada la complejidad de la intervención no me trasladaron a la sala de
reanimación como es lo habitual sino a la unidad de cuidados intermedios, pues
el temita de los dolores no fue tampoco problema porque en este tipo de unidades
te tienen medio drogailla para que no sientas tantas molestias.
Fue una intervención larga, dura, difícil. Jamás había yo
soportado operación de semejante calibre!
Cuando todo el equipo médico se marchó porque yo ya estaba
despierta, me quedé allí, sola, tocándome (es muy típico mío tocarme todo el
cuerpo después de que me operan), y medio ensimismada sin saber que pasaba
exactamente, ni si las cosas habían ido bien.
Se me acercaban cada poco enfermeras, médicos, etc, todo
tipo de personal sanitario para ver mi estado y comprobar la monitorización de
mis constantes que por cierto algunas estaban más que alteradas! Puf que
taquicardias sentía!
Jamás me había sucedido esto después de una intervención!
Pero claro, también hay que decir que el calibre de esta operación no fue moco
de pavo, por lo visto es la más difícil y compleja que se realiza en el
hospital de león.
Me hicieron también una radiografía, supongo para comprobar
como había quedado todo.
De ahí a un rato entraron mis padres! O, que alegría!
Solo podían estar conmigo diez minutos, pero me supieron a
gloria!
Mi madre me habló, me dijo que todo había salido
perfectamente y que al final me habían dejado los dos ovarios. Menos mal, de
buena me libré! Tendría una menopausia precoz con lo que eso acarrearía: falta
de calcio, inestabilidad emocional, etc.
Que me quitaron el útero? No me importa, primero porque
jamás deseé tener hijos, y segundo porque jamás tendré la cosa que más odio de
ser mujer: la asquerosa regla!
Así que nada, todo fue bien y los médicos estaban contentos.
Me subieron a planta a la noche, a las doce o así. El resto
de días de ingreso casi me los ahorro de contar. Fueron todos iguales y todos
terribles.
Me costó andar, estuve mucho tiempo encamada, al levantarme
por primera vez sentí mareos, y por supuesto no faltaron mis archiconocidas
vomiteras tras la anestesia general!
Me hacían curas, me explicaban que a partir de ahora
llevaría la bolsa, el disco y todo eso, y hasta se tuvieron un día que pasar
media plantilla médica por la habitación! Las taquicardias no cesaban, y yo al
levantarme me sentía fatigada.
Que susto!
Pasó el cardiólogo que me habló de “extrasistoles”, que
deben ser sístoles de más duración, me hicieron electros, me midieron el nivel
de oxígeno en sangre y todo parecía correcto. Se pasó también la neumóloga, que
me solicitó un TAC del pulmón y arterias con contraste para comprobar que no
hubiese ningún trombo o embolismo ya que al parecer y dado el reposo que exigen
este tipo de intervenciones, debe de ser típico.
Pero nada, todo dio correcto.
Entonces que tenía yo?
Pues muy sencillo, una angustia del copón!
Se pasó también una psiquiatra que me dijo que todo era
ansiedad, para lo cual me puso un tratamiento a largo plazo compuesto de
antidepresivo y ansiolítico. Yo la escuché, hablé con ella pero pensé “el
tratamiento se va a ir a la porra”. Para mí estas cosas no se resuelven
drogándote a medicación, sino hablando y sacando de dentro todo.
El resto de días sin mmás, por fin llegó el día del alta!
A bueno, entremedias destacar mis molestias digestivas, tuve
diarrea, estreñimiento, de todo! Estuve a dieta absouluta cuatro días, que
alivio cuando al quinto me trajeron unas benditas natillas! Que festín!
El alta llegó el 8 de agosto jueves. Me vino a ver el equipo
médico, me trajeron los informes y me indicaron que a la mínima molestia fuese
con ellos a urgencias.
Vinieron también varias enfermeras a explicarnos sobre el
tema de la bolsa, y como contactar con una fundación de personas ostomizadas
para que viniese a nuestra casa una enfermera que nos ayudase más
personalmente.
Bien, todi iba bien. Me indicaron el tratamiento a tomar, y
los cuidados que debía tener: dieta blanda y actividad física moderada.
Cuando trajeron el informe me lo leyó mi madre, y por fin le
ponían nombre al bichejo! “leiomiosarcoma de alto grado”. Vamos, un cáncer
agresivo, muy agresivo y poco común.
Tras el alta estuve en el piso, vino la enfermera de la
fundación y no me libré de ir a urgencias! Como no!
Cierto día empecé a segregar un líquido que olía mal, lo
echaba por la vagina y el olor era insoportable. Vinieron mis tíos, y para el
Hosp. Que te ví!
Todo fue una infección urinaria, para lo cual me
prescribieron antibiótico durante ocho días.
El resto iba bien, entre los cuidados de mi madre y de la
enfermera todo sobre ruedas.
El día 19 lunes tuve consulta con uno de los cirujanos, y
nos dijo que todo iba bien, que los resultados de los análisis de todo el
tejido extraído en la intervención “eran mejores de lo esperado”, y que tenían
que retirarme los catéteres y los puntos de la barriga.
A, se me olvidó citar eso! Tenía la barriga minada de rajas,
parecía un colador! En una raja cinco grapas, en otra diez y en otra tres.
Y menos mal que el útero y la vejiga me los extrajeron por
laparoscopia que si no, más cortadas que frankenstein!
Me doió mucho ambas cosas, tanto la extracción de los
catéteres como la de los puntos. Yo creo que los chillidos debieron oírse hasta
en mi pueblo jaja!
Pero bien, por fin me quitaron los incómodos puntos que me
tiraban!
Lo peor fue lo que el médico le dijo a mi madre, eso no nos
gustó tanto. Le dijo que fijo me tendrían que someter a la quimio, que no
obstante sería el oncólogo quien lo valorase mejor.
Vaya vaya, otra vez el calvario!
Con el miedo que yo le tenía! Pero en estos casos uno le da
prioridad a lo importante, y en este momento lo importante y válido para mi es
vivir. Si hay que someterse a la quimio pues se hace , lo importante es
salvarse y atacar con ganas a ese bichejo.
Tras esta consulta estuvimos unos días en león y luego
vinimos ya para el pueblo, ya que hasta el día 2 de septiembre no tenía
consulta con el oncólogo.
En el pueblo la recuperación es otra historia! Los pisos
para su padre!
Aquí paseas, sales, hablas con gente, es distinto totalmente.
En el piso que más da que salgas a la terraza? Total, sigues estando en el
piso! Y aquí en el pueblo sales de casa, y ya estás en la calle!
El día 2 llegó pronto. Yo estaba nerviosa, pero dentro de lo
que cabe tranquila. La mala noticia ya nos la dieron, que podía esperar peor?
Yo creo que cuando vas a una consulta oncológica ya lo
tienen todo estudiado para que no esperes mucho, y es que no nos dio tiempo ni
casi a sentarnos!
Fue llegar y ya nos llamaron.
Un médico educado donde los haya, buena persona y muy
empático.
Felicidades al servicio médico del hospital de león!
El doctor primero nos habló un poco de el otro cáncer que
tuve, el retinoblastoma, y nos hizo una serie de preguntas sobre el mismo,
aparte de preguntarnos si teníamos antecedentes en la familia con cáncer.
Luego pasó ya ha hablarnos del cáncer actual, y nos explicó
lo ya sabido: que el cáncer es agresivo, que todo en la cirugía quedó limpio, y
que había dos opciones.
1ª menos segura: dado que en la intervención quedó todo
limpio, no hacer tratamiento y revisar contínuamente para ver si había
reactivaciones.
2ª más segura: someterse a un tratamiento que incluye
radioterapia y quimioterapia . el objetivo es prevenir, este cáncer no se
parece en nada al que yo tuve en los ojos. Aquel era específico de ojos, pero
este puede reactivarse en muchas otras partes del cuerpo.
El tratamiento ya nos dijo el médico que sería agresivo y
tóxico, pero era la mejor opción para según él “matar del todo la mala hierba”.
Nos hizo una analogía con lo que sucede en la agricultura: la cirugía es la
guadaña que limpia y corta la hierba, y luego para evitar que salga otra vez,
hay que quemarla y darle pesticidas que son la radio y la quimio.
Así que, que hacer?
El tratamiento, está claro!
Nosotras (mi madre y yo) se lo preguntamos con toda
franqueza. “si yo fuese su hija o hermana, que harías conmigo?”. “el
tratamiento”, respondió él.
No había nada más que hablar.
Otra vez doble ración por rabia que dé, por injusto que
parezca y por mucho daño y sufrimiento que me vaya a causar.
Hay que someterse con valentía y coraje, no puedo permitir
que un bicho feo y asqueroso acabe con mis proyectos y con mis ansias de vivir.
y además el médico nos dijo que para el leiomiosarcoma
siempre se hace esto, en cualquier hospital de la geografía española, y también
en protocolos internacionales. Vamos, que no me escapo del tratamiento ni en la
conchinchina!
Mi madre lloró, a la pobre ya no le quedan lágrimas.
Ella ha sido la que ha llevado el timón de todo, la que ha
estado ahí, ha hecho de enfermera, me ha curado, me ha pinchado (la eparina
para evitar trombos), me ha mimado, lo ha hecho todo! Una madre es una madre,
para siempre y para todo!
El tratamiento se compondrá de ciclos de tres días en los
cuales me pondrán la quimioterapia. Será de lunes a miércoles, e intercalando
con radioterapia.
Pobre body mío, la que le espera! Pero no me importa. Seré
fuerte o al menos lo intentaré, hay que vencer y luchar contra la adversidad!
Serán creo que cuatro ciclos, y ya nos advirtió el oncólogo
de lo que había: bajada de defensas, caída del cabello, etc etc, todo super
conocido y super típico.
Si se me cae el pelo me da igual, las defensas ya las cuidaré
y si me encuentro mal descanso. A por el bicho se ha dicho!
Y aquí acaba de momento este cuento de tragicomedia, este
lunes tengo que volver al oncólogo, también a hacerme una analítica completa de
sangre, más pruebas supongo, y también a que me coloquen el catéter en el
antebrazo para evitar tantos pinchazos molestos.
Prometo seguir informando de mi estado!
Esto no va a poder conmigo!
Gracias por leerme una vez más!
Y felicidades a quienes como yo han vencido el cáncer o
están luchando contra él! También a sus familiares por estar ahí y hacer una
labor crucial en nuestras vidas!
Gracias a todos!
Volveré pronto!
Hola, hoy viniste a ver mi blog y a saludarme y te agradezco que lo hicieras. Vengo a devolverte la visita y me encuentro este post... Yo sufrí un cáncer llamado teratoma cuando tenía 21 años... y de eso hace ya 22. A mis padres se lo pintaron negrísimo todo pero aquí estoy, tres operaciones, quimio y despues vinieron mis tres hijos y ningún problema más. Animo, ánimo y ánimo, es primordial.
ResponderEliminarQue gran guerrera!!!
ResponderEliminarMuy admirable!!!!
Te deseo lo mejor de lo mejor!!!
Un beso...ely.